LA NAVIDAD Y SU MAGIA Al llegar estas fechas desaparecen los impedimentos que la sociedad mantiene durante el resto del año, y el Navidad destaca por su ambiente mágico. Pinos, guirnaldas, bolas y luces colgando de las puertas, salpicados de intermitentes luces de colores que nos hacen parpadear desde los más insospechados rincones. Llegamos a desplegar un verdadero montaje que se templa con especialidades culinarias típicas, abundantes dulces y una pila de regalos que deja exhaustos los bolsillos de la mayoría. Nuestra sociedad consumista está manchando cada vez más la Navidad con su fraude artificial. Pero, pese a todo, sin perder el ánimo, año tras año emprendemos la misma tarea. Llegamos a fin de año esperanzados en salir de un “año difícil” con la esperanza de que “el año que viene será mejor” Desplegamos miles de símbolos con el propósito de recrear un ambiente, de recuperar un clima, un estilo, un mundo que se perdió y del que se siente nostalgia. Esos símbolos tan poderosos, saben resistir el paso de los siglos y siguen vigentes. Nada consiguió sustituirlos; ni la cultura consumista con la producción masiva, consiguió eliminar la magia Navideña. - -Pero la Navidad significa calor de hogar, encuentro entre los que se quieren, actitud positiva, generosa, gratuita, de amor. La Navidad evoca nuestras experiencias infantiles, cuando gozábamos de la capacidad de la alegría y la sorpresa ante el amor gratuito. El valor de aquellas experiencias familiares que, con el correr de los años idealizamos. --Pero quizá no es toda la verdad. Llama la atención que, para algunos, la Navidad es un tiempo difícil de soportar porque la Navidad les deprime. No entienden por qué se tiene que ser estos días más bondadoso, más comprensivo, más acogedor. Y no se trata de personas que se caractericen por haber sufrido una infancia difícil. Les resulta artificial, ficticia esta “bondad a la fuerza”. Quizá se trata de mentes más críticas, más lúcidas, o simplemente de desengañados, de escépticos, que se resisten a dejarse seducir por utopías en las que no creen. -Tras esa simbología hogareña, típico de la Navidad, se esconde otra dimensión más profunda que tiene que ver con Dios. Es la expresión de la capacidad humana para trascender la apariencia, dando un significado más hondo la realidades cotidianas: el pan, el agua, el vino, el encuentro familiar; o para traspasar los límites del tiempo y del espacio. Permite rescatar el pasado o hacer presentes realidades lejanas; o para hacer sensibles ideas, principios, o valores. En la medida en que recrean una experiencia de amor mutuo, de encuentro gratuito en la bondad, de acogida recíproca, constituyen una preciosa experiencia con Dios más auténtica. Es este papel trascendente lo que ofrece la razón más radical de lo peculiar de la Magia Navideña. A todos nos ilumina la Estrella de Belén, independiente de credos, razas o religiones. Sabemos bien que el hábito no hace al monje, ni la decoración Navideña garantiza la presencia del amor cálido del que debería ser expresión. Pero, al menos, lo invoca, lo conjura, lo reclama. ¡Bienvenida sea esta magia de la Navidad que es capaz de suscitar en nosotros la nostalgia por las relaciones auténticas, por la acogida generosa, que es el puente directo que nos lleva al corazón de Dios! Ludy Mellt Sekher© Fragmento de "Caricias al Alma" I.S.B.N. 9974-633-11-7 ©Editorial L.M.S. Montevideo Uruguay Muchas Gracias por mirar mi trabajo, Bendiciones luminosas para todos. Por favor, disculpen que me demore en firmar. Los visitaré, aunque tenga que escribir el mismo texto en inglés para todos pero voy lento porque estuve enferma y no puedo estar mucho tiempo sentada. Créditos: Background e Imágenes en Poser, luces y efectos en PhotoShop. Y mis ojos que son mi firma. Muchas Gracias!! Ludy@>--->---